¿Por qué la cerveza tiende a generar más aumento de peso en mujeres que en hombres?
¿Por qué la cerveza tiende a generar más aumento de peso en mujeres que en hombres?
La relación entre consumo de cerveza y aumento de peso corporal ha sido ampliamente debatida. Aunque hombres y mujeres ingieren la misma cantidad de calorías en una caña (aprox. 150 kcal por 330 ml), el efecto metabólico y la predisposición a la acumulación de grasa no es igual en ambos sexos.
La diferencia se debe a factores fisiológicos, hormonales y metabólicos que influyen en cómo el cuerpo procesa el alcohol y almacena la energía.
1. Composición corporal y metabolismo basal
Los hombres, en promedio, presentan un mayor porcentaje de masa muscular y un menor porcentaje de grasa corporal en comparación con las mujeres. La masa muscular es un tejido metabólicamente activo, lo que significa que consume más energía incluso en reposo.
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Hombres: mayor gasto energético basal → las calorías extra tienen menos probabilidad de almacenarse.
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Mujeres: menor gasto energético basal → las calorías de la cerveza tienden a almacenarse con más facilidad.
2. Distribución del agua corporal
El alcohol es hidrosoluble, por lo que se distribuye en el agua corporal.
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Hombres: mayor peso corporal y mayor volumen de agua → el alcohol se diluye más.
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Mujeres: menor peso corporal y menor volumen de agua → la misma cantidad de alcohol produce una mayor concentración en sangre (BAC).
Esto significa que una mujer experimenta un impacto metabólico más fuerte con la misma cantidad de cerveza.
3. Diferencias enzimáticas en el metabolismo del alcohol
El etanol de la cerveza se metaboliza principalmente a través de la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), presente en hígado y estómago.
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Mujeres: presentan menor actividad de la ADH gástrica y hepática → absorben más alcohol sin metabolizar en primera instancia.
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Hombres: mayor actividad enzimática → parte del alcohol se degrada antes de pasar al torrente sanguíneo.
El resultado es que en la mujer se acumula más energía proveniente del alcohol, lo que favorece su conversión en ácidos grasos y posterior depósito en tejido adiposo.
4. Influencia hormonal
Las hormonas sexuales también modulan el metabolismo:
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Estrógenos: favorecen la lipogénesis (formación de grasa) y la acumulación en zonas como caderas, muslos y abdomen bajo.
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Progesterona: en determinadas fases del ciclo menstrual aumenta el apetito y la retención de líquidos, lo que potencia el impacto calórico del alcohol.
Esto genera una mayor predisposición femenina al almacenamiento graso derivado de la cerveza.
5. Factores conductuales asociados
Además de la fisiología, intervienen elementos de comportamiento:
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El consumo de cerveza suele asociarse a la ingesta de alimentos altamente calóricos (fritos, embutidos, snacks).
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Estudios muestran que, en contextos sociales, las mujeres tienden a consumir raciones más pequeñas de cerveza pero acompañadas igualmente de tapas calóricas, lo que no reduce el impacto energético.
Conclusión
La cerveza no “engorda más” a las mujeres de forma directa, pero su menor masa muscular, menor volumen de agua corporal, menor actividad enzimática y la influencia hormonal hacen que el organismo femenino gestione peor las calorías derivadas del alcohol en comparación con el masculino.
En definitiva, aunque la cerveza aporta las mismas calorías para ambos sexos, las mujeres presentan una mayor predisposición fisiológica al aumento de grasa corporal asociado a su consumo.
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